La búsqueda de los tzántzicos no era una búsqueda estética ni su producción poética era su centro, aunque nunca vacilaron en establecer las diferencias que les separaban de los grandes poetad de la hora: hijos de su tiempo encontraron en él la oportunidad de su gloria y su fracaso, y si eclipsaron a otros poetas y escritores, no fue tanto por las cualidades intrínsecas de su poesía, cuanto por su actitud vital, que fue capaz de inagurar una nueva tónica de la cultura…
Con sus broncos desafueros, con su deliberada ruptura del lenguaje, con su inocente desafío a todas las convenciones, y también con su ingenua confianza en el poder de la palabra, los Tzántzicos expresaron mejor que cualquier otro grupo (e incluso mejor que los grandes poetas de entonces) las angustias de un mundo que había empezado a descuadernarse y comenzaba de manera insensible la tarea siniestra de abolir todos los valores.