Tolstói Librería, Quito - Ecuador

Vancouver s/n entre Italia y Alemania. A una cuadra de la Casa Humboldt | (+593 2) 323-8207

Spacer
Agotado

Tres mujeres. Uniones

Categorías: , Etiqueta:

Nacido en los años declinantes del imperio de los Habsburgo, Robert Musil sirvió a su Majestad Imperial y Real en una sangrienta conflagración continental y encontró la muerte durante la guerra todavía peor que siguió. Mirando hacia atrás, llamaría a la época en la que vivió «una era maldita». Para Musil, el rasgo más obstinadamente retrógrado de la cultura alemana era su tendencia a separar el intelecto del sentimiento. Le parecía que la educación de los sentidos a través del refinamiento de la vida erótica entrañaba la promesa de elevar a la gente a un plano ético más alto. Deploraba los roles rígidos, que se extendían incluso al ámbito de la intimidad sexual, confirmados en su vigencia por las costumbres burguesas tanto de hombres como de mujeres. «Como consecuencia, se han perdido y sumergido regiones enteras del alma», escribió. De la introducción de J. M. COETZEE (Premio Nobel de Literatura).

Título: Tres mujeres. Uniones

Autor: Musil, Robert

Fecha de publicación: 2013

Editorial: El hilo de Ariadna

ISBN: 9789872989613

$32.00

Agotado

Nacido en los años declinantes del imperio de los Habsburgo, Robert Musil sirvió a su Majestad Imperial y Real en una sangrienta conflagración continental y encontró la muerte durante la guerra todavía peor que siguió. Mirando hacia atrás, llamaría a la época en la que vivió «una era maldita». Para Musil, el rasgo más obstinadamente retrógrado de la cultura alemana era su tendencia a separar el intelecto del sentimiento. Le parecía que la educación de los sentidos a través del refinamiento de la vida erótica entrañaba la promesa de elevar a la gente a un plano ético más alto. Deploraba los roles rígidos, que se extendían incluso al ámbito de la intimidad sexual, confirmados en su vigencia por las costumbres burguesas tanto de hombres como de mujeres. «Como consecuencia, se han perdido y sumergido regiones enteras del alma», escribió. De la introducción de J. M. COETZEE (Premio Nobel de Literatura)

Pin It on Pinterest

Share This