Conocido a principios de la década de los noventa por sus ensayos sobre la historia intelectual de la Rusia soviética y postsoviética, Boris Groys se convirtió poco más tarde en una referencia ineludible por sus intervenciones acerca de la filosofía y el arte contemporáneo, y ha sido considerado como uno de los más lúcidos ensayistas de la actualidad. En las cuatro conversaciones que componen esta obra, Groys aborda temas recurrentes de su reflexión: el arte y la producción cultural; los ritos y las estrategias de producción de la subjetividad y de la identidad cultural; la filosofía como competencia con los muertos, como preocupación del filósofo por el propio entierro; la fenomenología de la metafísica y la economía de las diferencias invisibles, de las diferencias sin diferencias, como respuesta a la filosofía posmetafísica del siglo XX. La obra concluye con una notable teoría de la sospecha, inspirada en la idea del «maná», que podría ser la base de una teoría contemporánea de la paranoia como fundamento de la existencia social. El ‘habitus’ del filosofar de Groys -una mezcla de vigilancia, ascesis y desencanto, como una suerte de zen occidental- está así presente en este libro.