El Fakir Editores presenta una nueva edición de la Obra Poética de Jorge Carrera Andrade, distinta a las anteriores, estructurada a partir del orden cronológico de aparición de cada uno de sus más de treinta poemarios y acompañada por un Estudio Crítico Introductorio que propone un acercamiento novedoso a la obra del poeta ecuatoriano más importante del siglo XX. Comienza con Estanque inefable de 1922 y termina con su Obra Poética Completa de 1976, entre ellos aparecen los poemarios Misterios naturales (1972), Libro del destierro (1970), Floresta de los guacamayos (1964), Hombre planetario (1963), Moneda del forastero (1958), El visitante de niebla y otros poemas (1947), País secreto (1940), Biografía para uso de los pájaros (1937), El rol de la manzana (1935) y La guirnalda del silencio (1926), entre otros.
Carrera Andrade, que al principio de su itinerario poético desterraba terminantemente a los fantasmas de su reino se aleja ahora de nosotros, cuando cerramos su libro como una alta silueta entristecida, escoltada de sombras regresadas de su exilio. Ahora, con su metáfora, su halcón agudo siempre en la mano va de cetrería y avizora aladas visiones, por los aires.
Pedro Salinas
Muchas gracias Jorge por cada uno de sus poemas y muy especialmente por sus formas de la delicia pasajera. Usted ha querido destilar sus pensamientos en el recipiente finísimo que es el soneto y de esa prueba lo veo salir quintaesenciado. Gracias también por esa geografía de sueño que ha sido su vida y más que nada por ese despertar en América; Cervantes de nosotros quisiera para su propia pesadilla un término semejante: el único posible me parece.
Nicanor Parra
Déjeme contarle todo el placer que recibí de las traducciones de la obra de nuestro poeta ecuatoriano
No sé cuándo tuve un placer tan marcado, tan desafectado por el tormento de la mente que es hoy en día nuestro diario pan. Las imágenes son tan extraordinariamente límpidas que me parece que veo lo que vio un hombre originario y que a la vez participo de esa visión de un mundo perdido. Es un placer triste y hondo.
William Carlos Williams