Este libro nos enseña a reconocer en el parasitismo una figura filosófica poco estudiada y nos llama la atención sobre los aspectos subjetivos que colaboran en una experiencia solo abordable en la filosofía comparada.
Si bien el parasitismo de Nietzsche no es más que un ideal emersoniano, hablar de «originalidad» en la filosofía es difícil. Como arbitraje de las opiniones de otros, la filosofía comparte sus descubrimientos y es posible que el parasitismo sea un buen ejemplo de esto. Pero lo que estudiamos en este libro tiene características únicas que nos llaman la atención y su estudio nos permite comprender que la subjetividad del filósofo es una parte central de la filosofía.