Con esta, su segunda novela, Alejandro Moreano se coloca en lo mejor del neobarroco latinoamericano y ensaya, a la vez, su refutación o contrapartida. Verdadera bomba de relojería, el intratexto –la novela de la novela– que nace en la propia matriz del relato compele al texto a volverse sobre sí mismo. Andrógino y como en una suerte de antropofagia…