Paco Tobar García es consciente de que los poetas descienden de Marsias, el sátiro trasgresor de palabra marginal, y no de Apolo, el dios de la luz y de la palabra de la centralidad; y que por eso es testigo de su propia inmolación, del resquebrajamiento de su conciencia. El fenómeno es posible debido a que el sujeto se moviliza en un mundo inserto en el lenguaje –que se hace posible debido al lenguaje- y que a la vez advierte la escasez de esa misma herramienta de palabras que logran un puente fracturado hacia el otro (…)
Tobar García, consecuente de la crisis de la cultura, se pronuncia con una voz que proyecta el sufrimiento del género humano porque la poesía, para él, hiende el trasvase del lenguaje cotidiano hasta permitir que la lectura de la sombra que llevamos dentro limpie nuestra mirada, nos desenmascare. La palabra lírica hace visible, en cada uno de nosotros, el lugar y la profundidad de esta herida que no cicatriza jamás.
Luis Carlos Musó